domingo, 18 de octubre de 2009

Consumo insostenible

De donde viene toda la leche, carne y huevo que comemos en las megaurbes
por Gerardo Villalva


Un problema de hoy (donde ya no hay fecha y sólo es futuro)

El matadero del capital, eficiencia es la máxima explotación posible. Vivimos en una granja industrial. ¿de que otra forma alimentar a tantos millones de seres?. Vivimos como cerdos, hacinados, unos sobre otros; a nuestra comida le mezclan pesticidas, antibióticos y hormonas, la industria nos vende veneno. ¿ qué es lo que todos nos tragamos ? ¿de donde provienen todos los huevos, la carne y la leche que consumimos?

El capital aliena al ser humano de su producción, lo hace ajeno, lo hace consumidor, y sólo de esa forma somos capaces de aceptar comer tanto veneno y tanto sufrimiento, animal y humano, la comida industrial, la comida envenenada, enlatada, congelada…; nos han hecho capaces de comer mierda e incluso pedir más. ¿y como viven los seres que comemos ? ¿ como es la vida en una fábrica de animales ? parecida a la que empezamos a vivir en las megaurbes, ¿como se alimenta a una ciudad monstruo?

Las pequeñas granjas y fincas familiares casi han desaparecido. Ahora son fábricas de animales los que surten al supermercado y a los mercados de la ciudad. Las fábricas de animales son lugares horribles e insalubres, y toda la carne, leche y huevos que consumimos provienen de esos lugares. En esas fábricas, a los animales se les encierra y se les aprieta hasta que ya no caben, son lugares cerrados con iluminación artificial, la mayoría nunca ven la luz del sol, tocan la tierra, o respiran aire fresco, muchos están tan apretados que ni siquiera pueden voltearse. Para que no se asesinen entre ellos, en estas fábricas se usan tácticas de mutilación sistemática, les cortan el pico a las aves, a las vacas les rompen los tobillos para poder llevarlas amontonadas al matadero. Los cerdos, los pollos, las reces, los pavos, son engordados con alimentos saturados de hormonas y antibióticos con el simple propósito de mantenerlos vivos hasta que engorden lo suficiente… y el terror no se acaba ahí.., millones de otros animales silvestres son despojados de sus ecosistemas cuando sus terrenos se convierten en pastos y campos para las fábricas de carne. El levante de ganado y el cultivo intensivo convierten la tierra en desiertos, lo cual representa una gran amenaza para la supervivencia de la misma vida en nuestro planeta. Se ha estimado que la contribución del ganado a la contaminación del agua supera más de diez veces a la de los humanos y más de tres a la de la industria (Philip Kapleau). Las fábricas de carne además de ser crueles no son sustentables para los ecosistemas.

Toda la vida de los animales de las fábricas de carne es una agonía sin fin. El hacinamiento, las privaciones, el maltrato y las mutilaciones imperan en las fábricas de carne de hoy. El ganado vacuno se cría en pequeños corrales sin refugio de los elementos de la naturaleza, y los terneros recién nacidos son separados violentamente de sus madres y, alimentados con fórmulas químicas y puestos en jaulas que impiden el movimiento del animal. Igualmente, TODOS los animales sufren privaciones y maltratos abusando de ellos hasta sus límites biológicos en la incesante búsqueda de ganancias a corto plazo. Es importante repetir; son alimentados a la fuerza, manipulados médicamente, genéticamente, inseminados artificialmente, les cortan sus orejas, colas, picos y cuernos, se los marca con hierros calientes, son castrados y mutilados sin anestesia ni entrenamiento médico; son trasladados en condiciones horripilantes de transporte y movilización, en estas fábricas la agonía de los animales es prolongada hasta el último momento.

Pero el peligro no se queda en la granja. La fábrica de carne es atendida por gente, mujeres y hombres, necesitados, hasta tal punto, dispuestos a meterse en esos lugares sucios en donde corren el riesgo de contraer graves enfermedades debido al abuso de antibióticos en la alimentación de los animales, esto puede crear variedades de gérmenes y virus resistentes a los tratamientos médicos; cada día nos acercamos más a una epidemia que no se podrá parar y los principales responsables son las fábricas de carne y los laboratorios médicos que fabrican cantidades industriales de antibióticos para las fábricas de carne, leche y huevos.

Y no sólo los animales de la tierra están siendo torturados e intoxicados, los productos del mar muestran grandes cantidades de mercurio, pesticidas y otras toxinas provenientes de la actividad industrial humana. El atún aleta amarilla es uno de los más contaminados y el más popular de los enlatados, a pesar de que para atraparlo también atrapen a delfines, sus depredadores naturales y los regresen muertos al agua. Los barcos camaroneros asesinan con sus inmensas redes a miles de animales que no son camarones, y son regresados muertos al mar afectando definitivamente los ecosistemas marinos. Lo más terribles son las nuevas técnicas de pesca por barrido, en donde, literalmente, barren con una especie de arado inmenso grandes zonas, expoliando a todos los seres vivos del mar, y regresando muertos a los que no son comercializables. Debido a la contaminación y a la destrucción de los ecosistemas, los mares del norte cada día producen menos, lo que hace que barcos fábrica europeos y asiáticos invadan los mares de los países del sur, además cada día se pescan más especies ancestrales, los cuales han sobrevivido cientos de años, el pescado que se sirve en los restaurantes de la gente adinerada puede tener hasta 400 años y estar en grave peligro de extinción. Todos los seres del mar están en grave peligro; solamente por el creciente consumo de la sociedad china, los peces del mar pueden desaparecer en menos de medio siglo.

El consumo de esta comida industrial, que nos ofertan los supermercados, es el gran peligro. Después de salir de la granja, la carne se congela, a veces durante años antes de su venta o su preparación industrial. Para conservarla le adhieren nitritos y nitratos, componentes que evitan la putrefacción de las carnes y los pescados, estas sustancias son altamente cancerígenas, esto sumado al riesgo de consumir hormonas, antibióticos, pesticidas y fertilizantes, que quedan en los tejidos de la comida industrial y pasan directamente a nuestro organismo, causando altos índices de cáncer, diabetes, hepatitis, alergias, inmunodeficiencia, alzheimer, mal de parkinson, problemas digestivos, problemas cardiacos, depresión, gastritis, esclerosis… y la lista de enfermedades es muy larga. ¿acaso no es buen negocio el de los laboratorios médicos?, al fin y al cabo el pez por la boca muere.

Parece dantesco este infierno que viven nuestros compañeros de evolución de la vida, seres que como nosotros, tienen la capacidad de sufrir dolor, pues poseen un sistema nervioso muy parecido al nuestro, y muy diferente al de las plantas, granos y hongos, los animales de las fábricas y nosotros, también hemos sido sometidos a un sistema capitalista sin sentido, en donde la explotación máxima es la regla de oro. Y nosotros compramos y comemos toda la malvibra, y al parecer sufrimos también de hacinamiento en nuestras ciudades, en los multifamiliares, en nuestros transportes, en nuestras plazas; nos intoxican el cuerpo con comida hecha para alimentar el bolsillo de unos cuantos especuladores y envenenar lentamente los platos de la gente para crear enfermedades crónico degenerativas y luego vendernos medicinas de sus mismos laboratorios. Negocio redondo.

Por todo esto, comer carne, pescado, huevos y leche industrial, es capitalista, además de ser un gran riesgo para la salud. Para producir un kilogramo de proteína animal son necesarios de 17 a 27 kilogramos de proteína vegetal. Millones de toneladas de granos y forrajes de los países pobres, son utilizados para alimentar las fábricas de animales, para producir carne para el que la pueda comprar: La mitad de la pesca mundial, el 91% del maíz, el 77% de la harina de Soya, el 64% de la cebada, el 68% de la avena y el 99% de las cosechas de sorgo se utilizan en alimentar ganado (Departamento de Agricultura de Estados Unidos). Si ser un explotador de la gente, de los animales, y del ecosistema, es capitalismo, comer productos animales industriales nos convierte en capitalistas, y explotadores de la tierra, de los animales y del hombre. Se calcula que 800 millones de personas en el mundo están sufriendo hambre y sed, mientras se alimenta a los animales con granos y legumbres suficientes para salvar esas vidas humanas. Esta hambruna se produce por el modo de vida y de consumo de los países ricos y de los consumidores adinerados; los países capitalistas industriales, usan la mayoría de la producción mundial de granos para alimentar ganado en sus fábricas de carne, y como estos países son muy poderosos han obligado a los países pobres a sembrar alimentos para mantener su estilo de vida, cuando estos pueblos pobres podrían cultivar alimentos para su propia gente.

Nuestra cultura es muy fuerte, y cambiar de costumbres parece difícil pero no lo es. Tenemos que ser inteligentes, y encontrar soluciones alternas al mercado capitalista. El vegetarianismo es una postura política coherente contra las relaciones del capital en la alimentación, pero el campo también ha sido contaminado por la industria, así que la mejor alternativa no es sólo no comer carne industrial, sino estar informados de cómo se produce lo que consumimos y evitar el consumismo de productos industriales. Actualmente el 90 % de la soya mundial es transgénica y la controla Monsanto, una empresa perversa. Ellos son los creadores de la hormona que estimula la creación de leche en las vacas y también las mata, y del agente naranja, arma biológica usada durante la guerra de Vietnam y muchos otros inventos tóxicos. La soya y el maíz transgénico son hijos del capitalismo y la biotécnica corporativa, y en estudios en ratas, les ha causado cáncer y daños neuronales, en méxico, se comercializa a través de minsa, bimbo, maseca, gruma, cargill, misión, que nos venden el cereal más artificial del mundo, y que con sus poliniza al maíz autóctono con sus transgenes y lo contamina genéticamente, por eso esta tecnología es llamada terminator y ha contaminado el maíz oaxaqueño, poblano y mexiquense.

En una sociedad industrial que confunde el trabajo con la productividad, la necesidad de producir siempre es un enemigo del deseo de crear. Explotados y alienados perdemos nuestra creatividad y nuestra humanidad; levantados por un aparatito a las 5 de la mañana, transportados como bultos al trabajo, al ruido de la maquinaria, sonidos y gestos sin sentido, manipulados a través de controles estadísticos y desinformaciones televisivas, y dispuestos al final del día a atravesar la violencia de la inseguridad, hasta que la fatiga nos tumba el fin de semana.

De la adolescencia a la vejez, este ciclo de 24 horas se repite hasta la muerte. Repetición mecánica. Tiempo es dinero. Sumisión a los jefes, la vida se agrieta en cada dirección debajo de los soplos del trabajo forzado. Nunca antes una civilización ha producido tanto sufrimiento a la madre tierra y al ser humano, nunca antes ha habido una generación tan inmensa de seres que necesitemos recobrar la consciencia. No es tan tarde aún, hay mucho que aprender, necesitamos encontrar alternativas, para ser libres.

La forma más fácil de voltear al enemigo, la forma más efectiva de sortear el peso de las cosas, es encontrar alternativas que rompan con la dominación y nos permitan ser autónomos. No nos preocupemos por las formas establecidas, argumentemos abiertamente, con la confianza y el conocimiento, sin imposiciones y sin represión. Convivir bajo las bases de jerarquías y roles impuestos es, por principio, inútil. Sólo los explotadores desean convivir bajo jerarquías de dominio, de acuerdo a las reglas del espectáculo. Recuerden; todas las jerarquías se alienan de la misma forma, pero algunas son menos despreciables que otras. Donde la comunicación es genuina y sincera, los malentendidos no son un crimen; pero si nos acosan, armados hasta los dientes, envenenando nuestro hogar, explotando a nuestra madre tierra y a nuestros hermanos los hombres y las mujeres, imponiendo la regla del más fuerte; no obtendrán nada de nosotros, más que una postura evasiva y un silencio formal que intente indicar que la discusión está cerrada.


vamos haciendo la nueva canción
de la derrota crear primavera
en estas noches de ojos sin sueño
es estos sueños de noches sin ojos
en que los buitres enormes abusan
de las parciales heridas del pueblo
vamos haciendo la nueva canción
de la derrota crear primavera

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